El presidente de Petrobras, Jean Paul Prates, participó esta semana en la Reunión de Gobernadores de CEOs de Petróleo y Gas en Ginebra y destacó que es crucial sensibilizar a la gente sobre la contribución esencial del petróleo a la economía.
El evento fue coordinado por el Foro Económico Mundial y en el encuentro se abordaron dos temas principales: la transición energética en la COP 28 y el compromiso de la industria con el objetivo de reducción de emisiones (cero neto).
Prates cree que el gran desafío para la COP 28 es revertir la comprensión general de que la industria del petróleo y el gas es la villana del proceso de transición energética global.
“Necesitamos entender que la industria no sólo es parte del problema, sino también parte de la solución. No hay transición energética justa, no hay transición ecológica sin el compromiso de la industria petrolera. Nuestra industria es fundamental para la transición energética ya que cuenta con tecnología de punta, personal calificado, capilaridad con las economías de diversos países y perfiles, y escala para impulsar la transformación necesaria”.
Entre los puntos de consenso acordados previamente en la reunión se encuentra la propuesta de un alineamiento más enfático de la industria del petróleo y el gas en apoyo al Acuerdo de París.
“Es necesario que, para la COP 28, la industria del petróleo y el gas en transición haga una declaración total de compromiso con los objetivos del Acuerdo de París, declarando que trabajará activamente tanto con sus proveedores como con sus consumidores a favor de estos objetivos. dijo Prates.
Subrayó también que es necesario prestar atención al riesgo de que las demandas de transformaciones profundicen problemas sociales y económicos, como la inflación estructural, los altos precios de acceso a las fuentes de energía y, en definitiva, el hambre.
“Los objetivos de descarbonización y los principios de transición energética no deben entenderse como una imposición que amenaza la supervivencia de nadie, especialmente de las poblaciones más frágiles. Son, en sentido contrario, un llamado al liderazgo de las mayores empresas para que contribuyan a un cambio decisivo en defensa de la preservación de la vida en nuestro planeta. Cuando se nos solicite actuar, debemos predicar con el ejemplo, entendiendo que las realidades socioeconómicas locales dictarán diferentes cronogramas en este proceso”.